¿Qué es un ataque de ciática?
El dolor de Ciática es, después del lumbago, uno de los más frecuentes. Sucede cuando, por inflamación o algún otro motivo, se comprimen las raíces nerviosas del nervio ciático, que comienza en la columna vertebral y se extiende hacia las piernas, donde se divide en dos ramas que continúan hasta los pies.
Para algunas personas, el dolor ciático puede ser fuerte y debilitante. Para otras, los síntomas de la Ciática podrían ser infrecuentes e irritantes, pero es posible que empeoren.
El consejo habitual cuando se sufre un ataque de Ciática es reposar los primeros días hasta que desaparece el dolor intenso. Pues bien, puede que esta recomendación tenga los días contados, ya que lo más recomendable es empezar la fisioterapia de inmediato para ayudar a la recuperación.
Ciática: ¿Cuáles son los síntomas comunes?
Generalmente, la ciática afecta solo un lado de la parte inferior del cuerpo y el dolor, muchas veces, se irradia de la parte inferior de la espalda por toda la parte posterior del muslo y baja por la pierna. Un dolor de la parte inferior de la espalda puede acompañar el dolor de la pierna, pero generalmente el dolor de la pierna es notablemente más grave que el dolor de la parte inferior de la espalda.
Estos son algunos de los síntomas comunes de la ciática:
El dolor de la parte inferior de la espalda, no es tan grave como el dolor de la pierna
Dolor constante en una nalga o en una sola pierna
Dolor que se alivia cuando el paciente se recuesta o camina, pero que empeora al ponerse de pie o al sentarse
Se describe como un dolor punzante o agudo, en vez de un dolor sordo
Algunos experimentan una sensación de hormigueo, de adormecimiento o de debilidad
Debilidad o adormecimiento al mover la pierna o el pie
¿Cómo controlar el dolor ciático?
El dolor de ciática puede dificultar tus actividades diarias e incluso afectar la calidad de sueño. Con estas 5 recomendaciones podrás aliviarlo y también prevenirlo, aun así, debes consultar con un fisioterapeuta para un tratamiento oportuno:
El reposo no es la solución
Tras sufrir un ataque, conviene que reduzcas la actividad durante los dos primeros días. Pero luego debes ir reiniciándola lentamente, sin hacer grandes esfuerzos. Los movimientos suaves, lejos de agravar la situación, te ayudarán a recuperarte antes.
El ejercicio, tu gran aliado
Caminar un mínimo de tres horas semanales y desarrollar una buena musculatura lumbar es una de las mejores maneras de prevenir la ciática.
Disciplinas como el Taichi, Pilates, yoga o cualquier ejercicio que trabaje el equilibrio son muy adecuados, ya que parten de la base de que la zona baja de la espalda y el abdomen son el centro de gravedad del cuerpo. En estas actividades, los movimientos se realizan contrayendo estos puntos, de forma que se refuerza mucho el área lumbar, a la vez que se trabaja la respiración abdominal.
Duerme bien
Procura dormir entre 7-8 horas cada día y mejor si el colchón es flexible pero un poco rígido. La postura recomendada para que tu espalda no sufra en la cama es la posición fetal.
La postura recomendada para que tu espalda no sufra en la cama es la posición fetal: acostada sobre un lado de tu cuerpo y con las rodillas y los brazos flexionados. Si te es más cómodo puedes colocar un cojín entre tus rodillas.
Mejora tu higiene postural
Procura no cargar grandes pesos para no castigar tu espalda. Y siéntate siempre con las lumbares bien apoyadas en el respaldo de la silla.
Frío y calor para aliviar el dolor
Cuando aparece el ataque de ciática, lo más recomendable es aplicar hielo para reducir la inflamación, especialmente si la causa es de origen nervioso. Posteriormente, te puedes aplicar calor seco sobre la parte afectada.
Realizar un suave masaje sobre la zona favorece la relajación del músculo y activa la circulación sanguínea, aliviando así las molestias.